A finales de los años '60 sale por primera vez el chocolatín Jack. Este doble regalito, un chocolate y una sorpresa fue inventado por la Delicia Felipe Fort S.A. (Fel-Fort) que aún hoy en día tiene su fábrica y está ubicada sobre la calle Gascón en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
Para quienes no tuvieron el enorme placer de crecer disfrutando de esta delicia, les contamos que se trataba de una cajita hecha de chocolate que en su interior cobijaba pequeñas figuras de plástico coleccionables, envuelto en un celofán transparente. Esta pequeña maravilla made in Argentina también la disfrutaron grandes y chicos de Brasil, Uruguay, Rusia, África y en su momento también de Norteamérica.
Quienes llevaron adelante este proyecto supieron desde un principio lo que querían. Su meta era crear una golosina de industria argentina que representara lo mejor de nosotros.
Eso se evidenciaba en su calidad – tanto la del chocolate como la de los pequeños muñequitos.
Es así que tras un par de años de prueba finalmente se dio con el tipo de material y estilo de diseño que estuviera a la altura de las circunstancias.
En 1967 se hicieron jugadores de fútbol en un tipo de plástico que se le llama “quebradizo", en una escala diferente, un poco mayor a la que finalmente tuvieron. Posteriormente se utilizó goma para las esculturas, y luego las miniaturas coleccionables fueron confeccionadas en plástico blando. Hasta que en 1970 finalmente se dio con el material más adecuado para la confección de estas piezas coleccionables. Las pequeñas obras de arte eran hechas en plástico duro. A partir de un molde que confeccionaba un artesano especializado, cada una de las piezas estaba pintada a mano –había un grupo de familias que se encargaba de realizar esta tarea en sus domicilios-. Estas piezas de 3,5 cm. eran únicas, una verdadera artesanía de colección.
Los distintos motivos de las colecciones que cada año alegraban a grandes y chicos se publicaban en un formato de tipo catálogo, además la revista Anteojito, en formato póster central, daba una especie de maqueta con paisajes, en la que se posaban los muñecos.
Los personajes que se reproducían a escala durante mucho tiempo fueron figuras nacionales tales como los Titanes en el Ring, las creaciones de García Ferré o los personajes de Dante Quinterno. Pero a partir de 1979, los personajes animados extranjeros superaron en cantidad a los nacionales. Y en 1983 se lanzó una colección de Superhéroes, donde predominaban los personajes foráneos. A lo largo de esos años, la situación particular del país en materia económica, social y cultural impactó fuertemente en este producto.
Sin embargo, a fines de la década del '90 el Chocolatín Jack con un nuevo logo y una nueva colección volvió a deslumbrarnos. Una nueva serie de 20 personajes acompaño a éste relanzamiento de las sorpresitas Jack, con un agregado, ahora también podríamos disfrutar del Jack en chocolate Blanco.
Con el cambio de milenio también cambió Jack, que ahora nos ofrecía una tercera opción en chocolate: “el Huevo Jack”, también con sorpresa: un muñeco de goma de mayor tamaño.
Conscientes de su impacto en la historia y la cultura argentina, la familia Fort organiza junto a las escuelas porteñas visitas guiadas a la fábrica, a la vez que guarda y expone en una especie de mural en acrílico todos los muñequitos de cada colección pegados.
¡Que más se puede pedir que una delicia con sorpresa... coleccionable! Y cómo disfrutamos de ese chocolate en nuestros días de colegio no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario